
Si te digo: piensa en un cardo común de jardín, lo más seguro es que te venga a la mente esa hierba con muchas espinas, con la que más de una vez te has pinchado dando un paseo por el campo. Lo que seguro que muchos no saben es que las flores moradas del cardo tienen mucho que ver con una de las hortalizas más sanas del invierno: la alcachofa.
Llama mucho la atención su aspecto con forma de flor verde con gruesos y robustos pétalos y formada por múltiples capas. Son una gran fuente de antioxidantes tan importantes para mantener nuestros tejidos, además son antiinflamatorias, pero sus beneficios no se quedan ahí.
Los beneficios para la salud de las alcachofas
Descubre 3 beneficios clave que puede aportarte esta hortaliza:
1. Las alcachofas están llenas de fibra dietética
Si lo que quieres es tener más regularidad intestinal, puedes sustituir perfectamente el habitual salvado por las alcachofas. Una unidad mediana aporta más de 10 gramos de fibra soluble e insoluble, es la hortaliza con mayor aporte de fibra. La fibra es un tipo de carbohidrato que ayuda a la regulación del tránsito intestinal y ralentiza la absorción de nutrientes haciendo que no haya subidas bruscas de glucosa en sangre.
Todos podemos beneficiarnos de las propiedades de la alcachofa, pero resulta especialmente interesante para aquellos que sufran de estreñimiento por su alto contenido en fibra, o de diabetes por ser carbohidrato de carbono de absorción lenta y a personas con colesterol elevado ya que contribuyen a la menor absorción del colesterol procedente de la dieta.
2. Las alcachofas son una buena fuente de vitamina K
Consumiendo tan solo con una alcachofa mediana ya estarás ingiriendo casi un cuarto de la cantidad recomendada diaria de vitamina K.
La vitamina K es muy importante, es una vitamina liposoluble conocida como «la vitamina de la coagulación» porque sin ella la sangre no coagularía, por eso cuando se tiene deficiencia puede provocar hematomas y problemas de sangrado. Nuestro cuerpo también necesita esta vitamina para mantener una salud ósea fuerte y disminuir el riesgo de osteoporosis.
3. Los antioxidantes de las alcachofas ayudan al hígado a producir bilis
Las hojas de la alcachofa contienen gran cantidad de antioxidantes, estos detienen la oxidación de las células y protegen a nuestro cuerpo.
Se ha demostrado que las hojas de la alcachofa aumentan la secreción biliar, mejorando la digestión de la grasa. La bilis es una sustancia que protege al hígado contra las toxinas y favorece la digestión. Las grasas procesadas por el hígado incluyen el colesterol y los triglicéridos, que son causantes de problemas para la salud cardiovascular. La alcachofa ayuda a nuestro hígado a procesarlas mejor aumentando la secreción biliar.
Cómo preparar una alcachofa
El aspecto externo de la alcachofa y la cantidad de capas que tiene pueden intimidarnos, pero merece la pena ponerse manos a la obra y prepararlas para poder disfrutar de sus magníficas propiedades. Lo importante está en el interior, como dirían en la Bella y la Bestia, y en este caso nos encontramos con el corazón de la alcachofa que, una vez cocinado, desprende unos sabores dulces de textura terrosa.
Cocinarlas es más sencillo de lo que al principio parece. Solo tienes que eliminar las hojas más exteriores hasta llegar a las hojas más tiernas y blancas y cortar la parte superior de la flor. Puedes rociar con zumo de limón para evitar que se oxide y cambie de color, y cocinarla al vapor para preservar mejor sus propiedades, o en una olla con agua.
Las alcachofas también pueden quedar muy bien al microondas si tienes prisa, o a la parrilla o a la brasa una vez limpias y eliminadas las capas exteriores.
Para tenerlas siempre a mano de forma rápida puedes también comprarlas en conserva, será un complemento perfecto para una guarnición, para añadir a tus ensaladas o incluso para poner de topping en la pizza.
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